Zael Morlet, un joven de 13 años que se prepara para enfrentar su noveno y último inning en la dura batalla contra el cáncer. Este sábado 26 de julio, Zael será hospitalizado para recibir el ciclo final de quimioterapia, un paso crucial que, con la bendición de Dios y el apoyo de todos, lo acercará a la victoria definitiva.
«Gracias a Dios, el lunes pasado terminó su primer ciclo de consolidación y el sábado o domingo será hospitalizado para su último ciclo», compartió Beatriz, visiblemente emocionada. «Confiada en Dios y gracias al apoyo de todos ustedes como siempre. Y gracias a ustedes, a esto hemos logrado esta victoria, hemos ganado esta batalla. Todavía nos faltan algunos medicamentos y los insumos para la quimio».
Con la pasión por el béisbol que lo caracteriza, Zael nos regaló una analogía que pinta de cuerpo entero su resiliencia. Cuando le preguntamos si su turno en esta «pelota» había sido un strike, pero al final conectó un hit, su respuesta fue puro carisma: «Al principio me di como dos ponches y después la saqué de home run y la verdad no sé cómo hice». Esa es la actitud que ha mantenido a Zael en pie, una mezcla de inocencia, fortaleza y una fe inquebrantable.
La Dureza del Juego y la Luz de la Esperanza
Zael no esconde la crudeza de su experiencia. Con una madurez que asombra para su corta edad, relató un episodio que lo marcó profundamente: la partida de su amigo Emmanuel. «Yo me asusté mucho, yo dije ‘Chuito, yo estoy muy joven para estar contigo’», confesó con voz entrecortada. «Dios me devolvió para acá porque yo no… a mí me pegó mucho la muerte de mi amiguito Emmanuel. Él me recibió en este ciclo, echábamos mucho cuento, broma, y cuando él se estaba ya despidiendo, yo de los nervios, me puse a temblar, me desmayé por el susto, porque es mi tercer amigo que se va».
Sus palabras son un grito de conciencia para todos nosotros: «En verdad no sabe lo que es vivirlo adentro allá en el seguro y yo lo que le digo a la gente que en verdad no se quejen de la vida; si le pega una tos digan amén y ya porque en verdad esto es muy fuerte que te digan que tienes cáncer, la palabra cáncer uno piensa que es muerte, pero no es muerte porque eso es actitud y es buscar más de Dios». Un testimonio poderoso que nos invita a valorar cada respiro y a no perder la fe, incluso en las circunstancias más difíciles.