Una nueva filtración de datos ha puesto en evidencia las deficiencias en la protección digital del Gobierno del Reino Unido, tras revelarse que cientos de contraseñas de funcionarios públicos se difundieron en la dark web. El incidente ha generado preocupación por la seguridad nacional y la capacidad de las autoridades británicas para enfrentar ataques informáticos.
De acuerdo con un informe de NordStellar, al que tuvo acceso The Independent, más de 700 correos electrónicos y contraseñas pertenecientes a nueve dependencias gubernamentales fueron detectados en la red oscura durante el último año. Entre las instituciones más afectadas figuran el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Trabajo y Pensiones y el Ministerio de Defensa, además de filtraciones menores en Interior, Asuntos Exteriores, Transporte y el Parlamento.
El reporte advierte que esta exposición convierte al Reino Unido en un objetivo prioritario para los ciberdelincuentes, al aumentar el riesgo de que información sensible termine siendo utilizada con fines ilícitos. Asimismo, se dio a conocer incluso que se habrían detectado intentos de vender documentos militares clasificados relacionados con la OTAN, lo que podría comprometer operaciones estratégicas y estructuras críticas.
El director de producto de NordStellar, Vakaris Noreika, alertó que las contraseñas filtradas podrían abrir la puerta al acceso a sistemas esenciales como registros policiales, bases de datos gubernamentales o redes de infraestructura eléctrica y de agua, por lo que urgió al Ejecutivo británico a reforzar sus protocolos de defensa digital ante el “peligro creciente” de nuevas fugas.
Por otro lado, la Oficina Nacional de Auditoría ya había advertido en un informe de enero que la respuesta del Gobierno ante incidentes de este tipo ha sido “lenta”, pese al incremento de los ataques a servicios públicos.
No se trata de un hecho aislado: en 2022, el Reino Unido sufrió una de sus mayores filtraciones de datos, cuando un error expuso información personal de miles de ciudadanos afganos que habían colaborado con las Fuerzas Armadas británicas o solicitado asilo, dejando al descubierto graves fallas en la protección de datos oficiales.