¿Te has sentido inexplicablemente acelerado, con el corazón latiendo a mil y perdiendo peso sin intentarlo? Podría ser hora de prestar atención al hipertiroidismo o tiroides hiperactiva, una condición que hace que las funciones de tu organismo se disparen.
Esta glándula, pequeña y con forma de mariposa, se encuentra en tu cuello y es esencial, ya que sus hormonas controlan la forma en que tu cuerpo utiliza la energía.
El hipertiroidismo es más común de lo que se cree, afectando aproximadamente al 1% de la población. Presta especial atención si eres mujer, ya que te afecta hasta cinco veces más que a los hombres, de acuerdo con la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología.
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¿Qué es el hipertiroidismo y cuáles son sus señales de alerta?
El hipertiroidismo se presenta cuando la glándula tiroides produce más hormonas tiroideas de las que tu cuerpo necesita. Esto acelera tu índice metabólico, es decir, la velocidad a la que ocurren los procesos químicos de tu organismo.
Reconocer los síntomas puede ser complicado, ya que varían de una persona a otra y a veces se confunden con depresión o ansiedad.
Estas son las señales más comunes que indican hipertiroidismo, según MedlinePlus y los Institutos Nacionales de Salud en EU (NIH):
- Pérdida de peso inexplicable: Adelgazamiento a pesar de tener un aumento en el apetito o comer más.
- Taquicardia o palpitaciones: Latidos del corazón rápidos o irregulares.
- Nerviosismo e irritabilidad: Alteraciones en el estado de ánimo y dificultad para conciliar o mantener el sueño.
- Intolerancia al calor: Dificultad para tolerar el calor y sudoración excesiva sin razón aparente.
- Temblores: Manos temblorosas o debilidad muscular generalizada.
- Bocio: Un abultamiento en el cuello debido al agrandamiento de la glándula tiroides.
- Evacuaciones frecuentes: Un aumento en la frecuencia intestinal, en ocasiones con diarrea.
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¿Cuáles son las causas del hipertiroidismo?
Las razones por las que la tiroides puede volverse hiperactiva son variadas, pero la más común es el ataque por error del sistema inmunitario a los tejidos sanos del propio cuerpo.
Te dejamos algunas de las causas principales de la enfermedad, de acuerdo con el Manual MSD y los NIH:
- Enfermedad de graves: Es la causa más frecuente y ocurre cuando el sistema inmunitario ataca a la tiroides, haciéndola producir demasiada hormona.
- Nódulos tiroideos hiperactivos: Son protuberancias, generalmente no cancerosas, que se vuelven hiperactivas y causan un exceso de hormona por sí solas.
- Tiroiditis: La inflamación de la glándula que puede hacer que la hormona tiroidea almacenada se filtre a la sangre de forma excesiva.
- Exceso de yodo: El consumo elevado de yodo (en ciertos alimentos o medicamentos) puede hacer que la tiroides produzca más hormona de la necesaria.
- Medicamentos: Ocurre cuando se toma una dosis excesiva de hormona para tratar el hipotiroidismo.
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¿Qué tratamientos existen para el hipertiroidismo?
El objetivo del tratamiento es restaurar los niveles de hormona tiroidea a la normalidad, lo cual ayuda a prevenir problemas de salud a largo plazo y alivia tus síntomas incómodos.
El tratamiento adecuado dependerá de la causa y la gravedad, así como de tu edad y otras condiciones de salud.
Estas son las opciones de tratamiento:
- Medicamentos antitiroideos: Fármacos que reducen la producción de hormona tiroidea por parte de la glándula, actuando como un freno químico.
- Betabloqueantes: Medicamentos que alivian rápidamente síntomas como los temblores y el nerviosismo hasta que otros tratamientos surten efecto.
- Terapia con yodo radiactivo: Un tratamiento común y muy eficaz que destruye lentamente las células tiroideas hiperactivas, causando a menudo hipotiroidismo posterior (una condición que es mucho más fácil de manejar con un medicamento diario).
- Cirugía (Tiroidectomía): Se utiliza con menor frecuencia y consiste en extirpar parte o la mayor parte de la glándula tiroidea, especialmente para bocios grandes o pacientes con contraindicaciones.
La detección temprana es la llave para manejar el hipertiroidismo, una condición que, aunque acelera tu cuerpo a un ritmo peligroso, es completamente controlable con la atención médica adecuada.




