Tal vez es un dicho de sabiduría popular, mucha gente lo ha repetido: puede ser peligroso estirarse después de comer porque puedes «reventar una tripa» pero realmente ¿cómo funciona esta afirmación? ¿Debemos temer si comimos pesado y se nos antoja estirarnos? Te lo contamos todo.
Primero debemos entender a qué se refiere la gente cuando habla de «tripas«, pues de acuerdo al Instituto Americano contra el Cáncer, una tripa es el nombre coloquial con el que se le conoce al intestino delgado.
El intestino delgado conecta al estómago con el intestino grueso y su función es absorber los nutrientes y contribuir en gran medida al proceso de digestivo.
¿Qué pasa cuando el cuerpo se estira?
En general el estiramiento puede tener beneficios para la salud, por ejemplo una de sus ventajas es mejorar la oxigenación del cerebro y la circulación del cuerpo.
Además puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y despejar el cerebro, ayudando a disminuir la ansiedad y los niveles de estrés.
De hecho, estirarse es parte de un entrenamiento corporal sano porque también evita que te den calambres o te lesiones al momento de hacer ejercicio.
Sin embargo, si estirarse tiene estos beneficios ¿qué cambia cuando nos estiramos después de comer?
¿Qué pasa si nos estiramos después de comer?
Cuando ingerimos alimentos o bebidas, el cuerpo comienza a hacer un proceso de digestión que funciona como una especie de «poner en marcha los motores» porque se llevan a cabo diferentes procesos al mismo tiempo.
Estos procesos, por supuesto que requieren de energía, por ello somos víctimas del famoso «mal del puerco» que nos hace sentir agotados y con necesidad casi inconsciente de dar un buen estirón sobre la silla.
Sin embargo, quizá no debas sucumbir a este impulso porque hacerlo podría tener consecuencias como un espasmo muy fuerte, parecido al «dolor de caballo» que seguramente te regresará a tu posición normal.
Incluso puedes llegar a sufrir alguna lesión menor si te estiras después de comer, sin embargo, para sorpresa de la sabiduría de los abuelos, ningún estirón que puedas dar es lo suficientemente fuerte para reventarte una tripa.
Pero si quieres evitarte un dolor bastante molesto que se pueda quedar ahí por mucho tiempo, lo mejor es no hacerlo.
¿Qué pasa si nos estiramos después de comer?
Cuando ingerimos alimentos o bebidas, el cuerpo comienza a hacer un proceso de digestión que funciona como una especie de «poner en marcha los motores» porque se llevan a cabo diferentes procesos al mismo tiempo.
Estos procesos, por supuesto que requieren de energía, por ello somos víctimas del famoso «mal del puerco» que nos hace sentir agotados y con necesidad casi inconsciente de dar un buen estirón sobre la silla.
Sin embargo, quizá no debas sucumbir a este impulso porque hacerlo podría tener consecuencias como un espasmo muy fuerte, parecido al «dolor de caballo» que seguramente te regresará a tu posición normal.
Incluso puedes llegar a sufrir alguna lesión menor si te estiras después de comer, sin embargo, para sorpresa de la sabiduría de los abuelos, ningún estirón que puedas dar es lo suficientemente fuerte para reventarte una tripa.
Pero si quieres evitarte un dolor bastante molesto que se pueda quedar ahí por mucho tiempo, lo mejor es no hacerlo.
¿Qué no hay que hacer después de comer?
Además de no estirarse después de comer, hay otras actividades que mejor deberías evitar para dejar a tu cuerpo llevar sus procesos en paz para que puedan hacerlo de la mejor manera posible.
De hecho, siguiendo la misma lógica, los expertos recomiendan que cuando acabas de comer, no hagas ejercicios demandantes como nadar, correr o realizar ejercicios pesados.
Así que ahora que ya sabes si estirarse después de comer no revienta una tripa pero que tampoco es lo más recomendable para tu salud, ya podrás tenerlo en cuenta durante tu siguiente merienda.
Te compartimos un video sobre algunos estiramientos sanos que puedes hacer antes o tiempo después de comer que no van a comprometer tu digestión, al contrario, que pueden mejorarla.
Aguacatetv.com/Salud180.com