Una vez se sometió a las pruebas de rutina, el nacido en Cotui, República Dominicana, fue dado de baja inmediatamente por Grandes Ligas y recibió una suspensión de 80 partidos sin jugar ni recibir remuneración por parte de su organización. Es una noticia que pesa para la gerencia y cuerpo técnico del conjunto rojo, pues se trata de un infielder que había demostrado ser un muy buen bateador de promedio y que estaba proyectado, incluso, para formar parte del roster de 25 en la zafra 2024. El año pasado vio minutos en un total de 35 compromisos y dejó línea de .316/.366/.456 con siete dobles, tres jonrones, 15 carreras impulsadas, la misma cantidad de anotadas y seis bases robadas. De igual manera, en la edición en curso del Spring Training, el quisqueyano había estado manteniendo un formidable rendimiento con el madero; en 10 apariciones en la caja de bateo, registró tres imparables, dos anotadas y una base robada para un AVG de .300.
La severa sanción que le fue impuesta al pelotero que iba escalando posiciones para hacerse un lugar en la Gran Carpa podría ser bastante perjudicial en su carrera, al punto de costarle mucho más, de ahora en adelante, lograr obtener miradas de los conjuntos del Big Show debido a sus antecedentes. Por otro lado, la falta de ritmo competitivo es un factor que también podría pasar factura en un futuro cercano.